La calidad de la capa de pasto tiene más influencia de otras prácticas agronómicas igual que la gestión del pastoreo, no obstante mantener un buen nivel de fertilidad e incorporar un programa equilibrado de nutrición vegetal tiene que ser una parte importante de la gestión de praderas.
También existe una evidencia indirecta de una reducción en infecciónes de enfermedades en cereales aplicando varios nutrientes incluyendo potasio, molibdeno, boro, zinc y manganeso. Por extensión es probable que lo mismo suceda para gramíneas de forraje.
La calidad nutricional del pasto se mide típicamente por digestibilidad, contenido de proteínas y de materia seca, todos factores que se dejan influir por la nutrición vegetal.
La digestibilidad depende de la fase de desarrollo y la nutrición, capa de pasto joven con fuerte masa foliar tienen niveles de D y ME más altos que los que hayan empezado a producir tallos florales, o contener mucho material muerto. Praderas con una estratégia de nutrición balanceada serán más sabrosas que las que tienen fertilización incompleta.
El nivel de proteínas depende del desarrollo del pasto y la nutrición vegetal lo afecta, sobre todo la nitrogenada. Los niveles incrementan en la temprana primavera. Producción de proteínas depende de la disponibilidad de las plantas para absorber nitrógeno del suelo, y puede variar con las aplicaciones nitrogenadas pero también por niveles de potasio y azufre además del pH del suelo.
El contenido de materia seca es el factor más variable y menos controlable. Contenido de materia seca baja es generalmente asociado con clima húmedo y condiciones malas para el desarrollo. Igual por tener un efecto directo en el rendimiento, también tiende a reducir la calidad y llevar a un menor consumo diario por parte de los animales. Además, en el silo, un alto nivel de materia seca puede también llevar a un menor consumo.
Para la salud animal, la nutrición de oligoelementos también deben de considerarse como un aspecto de la calidad del pasto. Animales de pastoreo tienen diferentes requerimientos de oligoelementos comparados con las plantas de la pradera, así que es importante asegurar que estos elemento estén presentes en el pasto a niveles requeridos para satisfacer las necesidades nutricionales de los animales. Sodio y selenio son ambos esenciales para la salud animal pero sin valor para la planta y directrices para otros elementos como magnesio, zinc y cobre son más altos en animales de pastoreo que en el pasto mismo.
Nitrógeno es el nutriente principal para el pasto y se utiliza para estimular altas tasas de crecimiento y es básico para obtener altos rendimientos, no obstante si se aplica en exceso puede tener un efecto negativo en la calidad.
El fósforo juega un papel en muchos procesos metabólicos en las plantas igual que en las actividades enzimáticas, y a pesar de que la demanda de fósforo es baja comparada con la de nitrógeno, su disponibilidad es esencial.
Potasio es el nutriente que en más cantidad se consume en la capa de pasto de la pradera.
Azufre es básico en la formación de proteínas, aminoácidos y enzimas y por ende es crucial para el crecimiento y desarrollo.
Es importante también considerar el magnesio.
Sodio es importante para la nutrición animal y normalmente el pasto contiene cantidades insuficientes para satisfacer los requerimientos de animales de pastoreo.
Los agricultores pueden también influir en la calidad de sus praderas con las siguientes prácticas agronómicas: