Es conocido y ha sido comprobado por muchos estudios científicos que una nutrición balanceada tiene muchos efectos positivos para el medio ambiente.
Una nutrición vegetal balanceada evita que se degrada el suelo y asegura una producción sustentable.
Una nutrición balanceada asegurará que el desarrollo del cultivo no se reduce por falta de algun nutriente, así asegurando que la eficacia general de los nutrientes aplicados sea lo más alta posible.
Un cultivo con alta producción bajo gestión nutricional buena, normalmente conduce a un bajo impacto ambiental por tonelada de producto agrícola. Esto se ha mostrado referente a huella de carbono, lixiviación de nitratos y en el uso de agua en manera eficaz durante la producción del cultivo.
Fertilizantes minerales deben de aplicarse de acuerdo con las necesidades del cultivo. Cualquiera aplicación en exceso de la demanda del cultivo tendrá efectos negativos en el ambiente, como lixiviación de nitratos u otras pérdidas.
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